La paradoja universal entre lo individual y lo colectivo.
Uno de los mayores desafíos para una empresa internacional es volverse verdaderamente global y beneficiarse de su diversidad internacional.
El hecho de operar en varios países nos convierte en una empresa con presencia internacional, lo cual no quiere decir que necesariamente opere a nivel global, lo que supone impacto en su estrategia, y en la implementación de la misma.
Pasar de internacional a global implica un proceso de transformación de diferentes niveles de la Organización, del ámbito estructural, de liderazgo y de cultura. Esto es lo que lo hace tan desafiante.
Este dilema esta muy presente actualmente en gran parte de las organizaciones y nosotros lo vivimos con algunos de nuestros clientes.
Déjame explicar.
Muchas empresas internacionales se encuentran en algún lugar entre dos extremos, según donde se encuentre la toma de decisiones: en un extremo, el poder se distribuye entre una colección de empresas regionales, con pocas funciones corporativas centrales.
O el poder está centralizado en una oficina corporativa fuerte que tiene presencia internacional local, pero como su brazo extendido. Algunos las llaman oficina de enlace o de representación. Las locales tienen poco que decir en la estrategia y la gobernanza. Su valor es únicamente aumentar el volumen del mercado.
Por supuesto, hay modelos híbridos, ya sean centralizados o distribuidos, estos modelos no aprovechan el potencial de una empresa internacional global e integrada, cuyo valor es más que la suma de sus partes.
Global es más que la suma de sus partes:
Ser genuinamente global implica que cada entidad regional y la entidad corporativa contribuyen con un valor diferencial que se integre en una compañía global. La empresa global no seria la misma sin cada entidad particular, y cada entidad tiene tanto su propia identidad como la identidad global.
Que cada entidad sea independiente e integrada en el conjunto de la empresa global es un truco de magia a primera vista.
Es una profunda paradoja:
Cada entidad local necesita un alto nivel de autonomía para desarrollar una propuesta de valor genuina, esto es un acto de separación, de independencia. Además, es necesario integrarse plenamente en la empresa global, lo que en sí mismo es un acto de disolución, dependencia.
Esta es la paradoja de lo particular y lo global, de la separación y la integración, de ser uno mismo y ser parte de algo más grande. Esta paradoja sólo puede conciliarse a través de un proceso de transformación que involucre tanto a la corporación como a las entidades regionales.
PARTICULAR | GLOBAL |
---|---|
Separación, diferenciación | Integración |
Autonomía | Dependencia |
Emergencia de valor | Contribución de valor |
Corporativo: nutrir, facilitar | Acoger, exigir, desafiar |
Región: tomar ownership, emanciparse | Servir y mejorar la contribución |
Ser una empresa integrada internacional global es el resultado de una transformación. Esto tiene implicaciones profundas que explican que una declaración de intención no sea suficiente: de hecho, existe un proceso y responsabilidades particulares para la corporación y las entidades locales que no se pueden delegar.
Proceso:
Si miramos el proceso, hay varios pasos, cada uno con su reto específico, pero podemos distribuirlos a grandes rasgos en dos fases:
Una primera fase es la emancipación, ganando autonomía y cristalizando un valor. Esto no puede hacerse sólo desde dentro de la unidad específica. El liderazgo tiene que asumir la propiedad (ownership). Como oficina corporativa, no puede hacerlo en lugar de la entidad regional. Pero puede y debe nutrir, apoyar, facilitar.
Como región, o país, debe liderar, decidir, arriesgar, exigir lo que necesita para crecer.
La segunda fase es la integración de la entidad en la organización global, es decir, poner su contribución plenamente al servicio del conjunto.
Como corporación tiene la responsabilidad de acomodarse para beneficiarse al máximo de los aportes de la región, exigiéndolos y desafiándolos. Y la responsabilidad de la región es continuar desarrollando su propuesta de valor para cumplir y superar las expectativas, manteniendo su integridad.
Mantener su integridad, significa que no puedes sacrificar quién es por su contribución, y viceversa.
¿Quién desencadena tal globalización? Se podría pensar que la corporación tiene que poner en marcha el proceso, pero también hemos visto entidades regionales tomando las riendas de su destino en sus propias manos para finalmente tomar un lugar por derecho propio en la organización global.
Quienquiera que inicie el proceso, tal proceso de transformación involucra el liderazgo tanto de lo local como de lo global, y experimentará fricciones, inherentes a un proceso de separación e integración.
Esforzarse por convertirse o mejorar como una empresa internacional global, o por ocupar un lugar más legítimo en la empresa global como una entidad regional, tenga en cuenta que no es un proceso de cambio sencillo, sino una transformación.
Ser una organización de ámbito internacional no es mejor ni peor que una organización Global, ni viceversa. Lo importante es la coherencia en la forma de operar e implementar la estrategia.
[CONCEPTOS]
Transformación de sistemas:
- La entidad está en constante autorrealización.
- La entidad adquiere nuevas propiedades al autorrealizarse, que no existían como potencial o tampoco eran posibles en su estado “no realizado”.
- La entidad, manteniendo su identidad, es integrada en un sistema superior como una parte de un todo.
Se realiza a sí misma, y se realiza fuera en armonía con el sistema superior.
La transformación es una transcendencia a un nivel superior, es decir, que abre un nuevo nivel de realidad con una nueva clase de propiedades que antes no existían.
¿Y tu?
¿Y respecto a tu organización, apuntas a ser internacional o global?